miércoles, 31 de julio de 2019

LA FERIA

LA FERIA
Pedro José Cabezas
Con las frenéticas prisas que imponen los tiempos actuales, un año se pasa volando y, cuando menos acordamos, nos hayamos inmersos de nuevo en esta maravillosa semana en la que da comienzo nuestra querida Feria de San Miguel, la de Agosto, y todo es alegría y felicidad porque tanto los vecinos de Villanueva de Córdoba como los paisanos ausentes, que nos honran con su visita, nos aprestamos a disfrutar con complacencia de esas magníficas y placenteras sensaciones que la fiesta comporta, unas inquietudes que vienen acompañadas del bullicio, el jolgorio y la zarabanda propios de la ocasión.
Los paisanos ausentes, siempre añorados y anualmente puntuales a la cita, vienen desde los más dispares rincones de nuestro país o, allende nuestras fronteras, desde otras diversas ubicaciones, dependiendo del lugar donde tengan su residencia habitual y cumplan con sus obligaciones laborales. La llegada del AVE (Alta Velocidad Española) ha supuesto un factor determinante y originador de la masiva y agradable afluencia de gente a nuestro pueblo y comarca por estas datas, pues ha minimizado y abreviado ostensiblemente las comunicaciones y ha propiciado que las distancias existentes entre los diferentes núcleos de población se nos antojen mucho más cortas y asequibles.
De este modo, la estación del AVE, situada a 11 kilómetros de Villanueva de Córdoba, empezó su servicio en la ya remota fecha del 29 de Marzo de 2014 y, para trasladarse hasta la misma, como todo el mundo sabe, puede hacerse mediante un autobús interurbano que recorre Villanueva de Córdoba y las poblaciones circundantes, haciendo paradas en cada una de ellas. No hay pretextos que valgan, pues, para no acercarse en un plis/plas a estos inconmensurables parajes y gozar a toda mecha de las numerosas y variopintas ofertas de ocio que nos propone la bellísima villa jarota en las referidas jornadas vacacionales.
No olvidemos que el tren, cada vez que se produce un acontecimiento festivo, como Navidad, Semana Santa, la Feria del Jamón, la Feria Chica o la Feria de San Miguel, aumenta sus ofertas con el objetivo de que el viajero encuentre hueco en su agenda laboral para desplazarse y deleitar los sentidos con tales eventos.
Ya huele a Feria. Desde lejos, parece percibirse su cromatismo, sus aires, su porte. Al empezar la misma, disfruto dando un paseo matinal por el real y sus contornos, más que nada por impregnarme de esos aromas que la algazara origina y también para tomarle el pulso al ambiente, que siempre me parece entretenido y dicharachero. Y debe ser así, pues cuando vuelvo a casa, ya llevo en la mente impregnada la idea de que estamos en Feria, con todas las circunstancias positivas y placenteras que ello conlleva.
Luego, al mediodía, se captan otros regustos y perfumes, como el inconfundible del jamón ibérico de bellota jarote, recién cortado, que viene a saturar nuestra pituitaria y nuestro paladar de característicos efluvios y familiares sabores. También el de la gamba fresca atigrada, en estos días muy solicitada y exquisita al paladar, junto a una copa de oloroso vino andaluz, escanciada con donaire en un estilizado catavinos por una linda y simpática camarera, natural de Villanueva de Córdoba. Y qué escribir del salmorejo o del gazpacho jarotes, si su catadura, calidad y empaque son indescriptibles y de sobra conocidos.
Nuestra Feria, así hemos de reseñarlo, combina una serie de emociones y sentimientos tan vehementes y afectivos que se hacen difíciles de describir. El abrazo afectuoso de hermanamiento que se produce cada año entre jarotes ausentes y residentes no es sino una evidente prueba de la sintonía fraternal existente durante estas fechas en nuestra población, ya sea en calles, plazas o avenidas, como en casetas de feria, bares o casas particulares.
En consonancia con las emociones, se nos antoja ineludible aludir al homenaje de respeto, cariño y admiración que cada año, por Feria, se le brinda a nuestros mayores con todo afecto y merecimiento. Constituye un honor tributarles este acto, pues en ellos radica la sabiduría ancestral, lograda como consecuencia de los triunfos y sinsabores de la vida y menospreciada en estos enrevesados tiempos que corren, propensos al arribismo y al desapego de la propia Nación, ya sea por oscuras ambiciones económicas personales, ya fuere por trasnochados intereses independentistas, o por ambas cosas a la vez, pues una cuestión trae aparejada a la otra.
Y si hablamos de cariño, habremos de convenir en que ese veraz sentimiento es el que se le ha de ofrendar, sin ninguna duda, a la guapísima mujer jarota. En ella converge el centro de las virtudes que los nacidos en esta preciosa tierra atesoramos y es génesis de belleza, de distinción, de garbo y de gallardía, sin olvidar de ningún modo la espléndida capacidad laboral que acapara, pues muchas de ellas combinan las tareas caseras con puestos profesionales comunes o de una elevada capacitación.
Es inevitable hacer mención también en esta crónica a la juventud. Esa juventud dinámica, fogosa y bullanguera en quien tantos anhelos tenemos depositados con la esperanza de que Villanueva de Córdoba se convierta, con el paso del tiempo, en un pueblo cada vez más limpio, floreciente, próspero y susceptible de visitar, debido a los múltiples, variados y sugerentes atractivos turísticos, gastronómicos y climáticos que lo ornamentan en cualquier época del año.
A la alcaldesa, Dolores Sánchez, le deseo una eficaz, coherente y provechosa gestión municipal al frente de su grupo consistorial, así como toda clase de progresos y resultados óptimos en cuantas tareas acometa de cara a mejorar la imagen de nuestro querido pueblo en todas las facetas en las que sea menester. Nuestra Feria necesita estímulos e incentivos para que luzca cada año más esplendorosa y estoy seguro de que el equipo municipal no escatimará esfuerzos destinados a tal finalidad.
Por supuesto, no dejo abandonadas a su albur ni postergadas en el tintero, lo mismo con mi veraz reconocimiento que con mi sincera gratitud, a las fuerzas de orden público, Policía Municipal y Guardia Civil, cuya ponderada y loable labor profesional contribuye en gran parte a que un acontecimiento recreativo de esta índole y magnitud transcurra por los cauces de normalidad, esparcimiento y cortesía que la jovial ocasión requiere.
La Feria, escribámoslo sin perífrasis, es una mezcolanza de vivencias formidables, una estupenda irrupción de gozo, una explosión de sensaciones compartidas, que nos invita a disfrutar a los mayores y a los más pequeños de unos merecidos días de jolgorio contumaz. Elevemos votos, pues, con la intención de que tanto el Patrón, San Miguel, en cuya prez se celebran estos festejos, así como la Patrona, la Virgen de Luna, permitan que el alborozo, la cuchipanda y la francachela constituyan el signo predominante de estas celebraciones y también para que la buena armonía y la distensión imperen entre quienes tenemos la gran fortuna de gozar de todas las estupendas ofertas lúdicas que durante el sofocante estío nos propone este maravilloso pueblo llamado Villanueva de Córdoba.

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