viernes, 1 de septiembre de 2023

LA FERIA

 LA FERIA

PEDRO JOSÉ CABEZAS


Parece ser que nos hemos resarcido de males pretéritos, como el coronavirus, esperemos que la guerra en el este de Europa termine pronto y, como el ser humano tiende a pensar positivamente, en lo que atañe a Villanueva de Córdoba, nos preparamos para festejar un año más, como es debido y con toda ilusión, las Fiestas y Feria en honor a San Miguel Arcángel, Patrón de la villa jarota. Aunque ya se haya convertido en cosa frecuente, todavía se hace raro ver a gente sin mascarilla, después de tanto tiempo de pandemia y de penalidades, con los hospitales atestados, los confinamientos y los efectos de la terrible plaga haciéndose patentes continuamente, por lo que el personal sanitario no daba abasto para atender las innumerables demandas de contagiados. A los sanitarios, hablo de mujeres y de hombres (médicos, ayudantes técnicos sanitarios, enfermeras, anestesistas, conductores de ambulancias, recepcionistas, celadores, limpiadoras, etcétera) habría que erigirles un monumento por la abnegada labor que han desempeñado en estos tiempos difíciles, por su sacrificio sin mácula y por haber sido los verdaderos artífices, junto con los investigadores y las vacunas, de que hayamos salido con bien de este entuerto maléfico y con más ganas de vivir la vida, de jouer la vie, que nunca. Esto se refleja en las caras de las gentes, cuando uno las ve pasear por las preciosas calles de Villanueva de Córdoba, y en la alegría contagiosa general que se genera cuando se ataja un mal, se vuelve a la normalidad y se puede disfrutar de la existencia sin cortapisas, y mucho menos dañinas o enfermizas. Así es que, sin trabas y con una enorme esperanza, como cada año a primeros de agosto, Villanueva de Córdoba se dispone a celebrar su tradicional Feria, en la que seguro que no falta de nada lo mismo para mayores que para pequeñines, pues a cada temporada que pasa la Feria se reviste de novedades y de modificaciones que la convierten en más atractiva y deseable tanto para los jarotes habitantes de Villanueva de Córdoba como para los jarotes foráneos que nos honran con su visita en estas fechas risueñas y festivas. Precisamente las jarotas y los jarotes que no residen en nuestra población le dan una magnífica nota de colorido, júbilo y variedad a la Feria, pues llegan allende nuestras fronteras corporativas desde cualquier punto de España o del extranjero con ilusiones renovadas y dispuestos a pasar unas jornadas formidables en la siempre deseada compañía de sus familares y paisanos. No tiene precio tomar un aperitivo con un amigo con el que hace mucho tiempo no se han intercambiado impresiones o darle un fuerte abrazo a un familiar a quien no escuchábamos nada más que esporádicamente por teléfono desde la lejanía de otra ciudad. Ellos siempre son bienvenidos y muchos utilizan el AVE (Alta Velocidad Española) para trasladarse hasta Villanueva de Córdoba. La estación de AVE existente en nuestra localidad ha supuesto una importante fuente de energía y guarda un papel preponderante en la masiva afluencia de gente a nuestro pueblo por estas datas, ya que abrevia de manera significativa los desplazamientos y hasta parece que las distancias existentes entre los diferentes núcleos de población sean más cortas y asequibles. Dicha estación de AVE se encuentra a unos once kilómetros de Villanueva de Córdoba, comenzó prestando sus servicios en la ya remota fecha del 29 de marzo de 2014 y, para trasladarse hasta la misma, como es bien sabido, puede hacerse mediante un autobús interurbano que recorre la propia Villanueva de Córdoba y que también presta sus servicios en las poblaciones circundantes con apeaderos en cada una de ellas. No hay pretextos que valgan, pues, para no acercarse en un santiamén hasta estos privilegiados parajes y adquirir plena sintonía con las innumerables propuestas de ocio y de divertimento que nos ofrece la villa jarota en las mencionadas fechas vacacionales. También se nos hace necesario recordar que el tren, cada vez que se produce un acontecimiento lúdico, como Navidad, Semana Santa, la Feria del Jamón, la Feria Chica o la Feria de San Miguel, en la que nos hayamos inmersos, abarata sus precios y aumenta sus ofertas con la finalidad de que el viajero tome buena nota de ellas y haga un hueco en su agenda laboral para trasladarse hasta Villanueva de Córdoba e inmiscuirse en tales eventos festivos. Ya se nota con total claridad el peculiar perfume que la Feria emana. Desde lontananza se perciben sus aires especiales, sus aromas almizclados, su diversidad de connotaciones, circunstancias y paradojas. La Feria jarota es una mezcolanza de sabores, colores y olores, una explosión de luz y colorido, difíciles de explicitar, a no ser que se estén viviendo en directo, como mandan los cánones, y degustando adecuadamente, cual es de rigor. En la Feria de Villanueva de Córdoba una agradable sorpresa se esconde tras cada esquina. Al empezar la jornada me congratulo dando un agradable paseo por el Real de la Feria y sus contornos, entre otras cosas para impregnarme de ese particular atractivo que la algazara desprende y también para tomarle el pulso al ambiente, que siempre se me antoja entretenido y dicharachero. Y debe ser así, pues cuando regreso a casa llevo impregnada en la mente la idea de que estamos en Feria, con todas las derivaciones positivas que ello acarrea. Luego, cuando llega el mediodía, se aprecian otros olores, y diferentes sabores, algunos de ellos idiosincráticos, se adueñan del Real de la Feria, como el característico del jamón ibérico de bellota jarote, recién cortado, una verdadera exquisitez para el paladar, o el de las gambas frescas, en estos días muy demandadas junto a una copa de vino fino andaluz, servida con porte y con gallardía por una simpática camarera, natural de Villanueva de Córdoba. Y qué decir del salmorejo, de la migailla o del gazpacho que condimentamos en nuestra villa si su empaque, catadura y categoría son de sobra conocidos. Nuestra Feria, así he de reseñarlo, proyecta un cúmulo de sentimientos y emociones que se tornan difíciles de explicitar. El abrazo fraternal que se produce cada año entre jarotes ausentes y residentes no es sino una evidente muestra de la armonía fraternal existente por estas fechas. En concordancia con las mencionadas emociones, resulta ineludible aludir al homenaje de cariño, respeto y admiración con que cada año homenajeamos a nuestros mayores. Supone un verdadero honor tributarles este sencillo e importante acto, pues en ellos y en sus atinados consejos se ensambla la experiencia, la sabiduría y la sinceridad. Y si mencionamos al cariño, habremos de convenir en que ese maravilloso sentimiento es el mismo que se le ha de ofrendar a la bellísima mujer jarota, pues de ella surgen todos los sentimientos positivos que los nacidos en esta bendita tierra atesoramos como génesis de guapura, de nobleza y de distinción. Resulta imprescindible nombrar también en esta crónica a la juventud. Esa juventud dinámica, emprendedora y bulliciosa que aglutina nuestras esperanzas de futuro en aras de que Villanueva de Córdoba se convierta, con el transcurrir del tiempo, en un pueblo cada vez más rico, floreciente, próspero y limpio, en nuestro propio beneficio y de cara a las visitas turísticas que admiren los numerosos y variopintos atractivos monumentales, gastronómicos o climáticos que ornamentan a nuestra villa en cualquier época del año. Al alcalde, Isaac Reyes, que se estrena en el cargo, le deseo una eficaz y productiva labor al frente del consistorio municipal y también toda clase de buenos augurios, éxitos y fenomenales resultados en cuantas labores emprenda de cara a mejorar la imagen de nuestro querido pueblo desde la valoración de nuestros convecinos y desde el prisma con que se cataloga a nuestra villa allende nuestras lindes corporativas. Por supuesto, no me olvido tanto con mi veraz reconocimiento como con mi sincera gratitud de las fuerzas de orden público, Policía Municipal y Guardia Civil, cuya eficaz y loable labor permite que un acontecimiento de estas características se desarrolle por los adecuados senderos de buena armonía y confraternización que corresponden. La Feria de Villanueva de Córdoba es una eclosión de felicidad, una amalgama de colores variopintos, una divergencia de sensaciones que nos invaden placenteramente y de las que todo el mundo disfruta en estos primeros días de agosto, ya que nos ofrecen la jaranera posibilidad de gozar de la infinidad de recreos, atracciones y esparcimientos con que esta preciosa villa se engalana para agasajar a todos sus convecinos, jarotes ausentes y visitantes en general.
Así pues, constituye una auténtica delicia zambullirse sinuosamente en esta multitudinaria Feria gozando con plenitud del maravilloso y monumental pueblo de Villanueva de Córdoba y hasta le dan a uno ganas de gritar: ¡Viva Villanueva de Córdoba y su Feria!

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